Última hora: El levantamiento de las sanciones de EEUU a Venezuela estaría a punto de caramelo

DESTACADO DE LA SEMANA Nacionales

Venezuela y Estados Unidos han avanzado en conversaciones que podrían aliviar las sanciones a Caracas al permitir que al menos una empresa petrolera extranjera adicional tome petróleo crudo venezolano para pagar su deuda si el presidente Nicolás Maduro reanuda las negociaciones con la oposición en México, dijeron cinco fuentes.

Enviados de Caracas y Washington han celebrado varias reuniones en Doha desde el año pasado en un esfuerzo renovado por resolver una crisis política y económica de larga data en Venezuela, incluidas discusiones sobre una elección presidencial.

Según las fuentes, se espera que en las próximas semanas se realicen conversaciones separadas entre los enviados de Maduro y la oposición venezolana en México.

Washington ha estado tratando de fomentar negociaciones entre Maduro y la oposición política sobre las elecciones en Venezuela y otras demandas. Se impusieron sanciones tras la reelección de Maduro en 2018, que muchas naciones occidentales consideraron una farsa.

Una empresa francesa podría resultar beneficiada

Entre las empresas que podrían obtener una carta de consuelo de Estados Unidos para aceptar el petróleo venezolano como pago de deuda esta vez se encuentra uno de los socios de la empresa conjunta de la estatal Pdvsa, Maurel & Prom, dijeron dos de las fuentes.

Un portavoz de Maurel & Prom confirmó que la empresa francesa «hizo una solicitud en este sentido a las autoridades estadounidenses», pero se negó a dar más detalles.

El Departamento de Estado de Estados Unidos, los ministerios de Asuntos Exteriores de Venezuela y Qatar y la empresa estatal Pdvsa no respondieron a solicitudes de comentarios.

Reuters no pudo verificar de inmediato si una mayor flexibilización de las sanciones por parte de Estados Unidos podría seguir directamente a un regreso a las negociaciones con México.

¿Qué implicaciones tendría el levantamiento de las sanciones?

El levantamiento parcial o total de las sanciones estadounidenses a Venezuela tendría un impacto significativo tanto en la economía como en la política del país sudamericano.

Por un lado, permitiría que el gobierno de Maduro recuperara el acceso a los mercados internacionales y a los activos congelados en el exterior, lo que le daría un mayor margen de maniobra para enfrentar la grave crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos.

Por otro lado, también supondría un reconocimiento implícito de la legitimidad del Gobierno chavista, lo que podría debilitar el liderazgo y la cohesión de la oposición, que ha basado su estrategia en el apoyo internacional y el aislamiento diplomático de Maduro.

Sin embargo, el levantamiento de las sanciones no sería una solución mágica para los problemas estructurales que aquejan a Venezuela, como la hiperinflación, la escasez, la corrupción, la violencia y la violación sistemática de los derechos humanos.

Tampoco garantizaría que se produjera una transición democrática pacífica y consensuada, ya que dependería en gran medida de la voluntad política y la capacidad negociadora de las partes involucradas.

Por eso, muchos analistas consideran que el diálogo entre el gobierno y la oposición es necesario pero no suficiente para resolver la compleja situación venezolana, y que se requiere también una mayor presión e implicación de la comunidad internacional para facilitar una salida negociada y sostenible.

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