Carlos III, el nuevo rey de Inglaterra
El pasado sábado 6 de mayo se celebró en la abadía de Westminster la ceremonia de coronación de Carlos III como rey de Inglaterra y jefe de la Mancomunidad Británica de Naciones. El monarca, de 74 años, sucede a su madre Isabel II, fallecida el pasado 9 de abril a los 95 años.
La ceremonia
La ceremonia comenzó a las 10:20 hora local, cuando los reyes Carlos y Camila salieron del palacio de Buckingham en la carroza del Jubileo de Diamante, escoltados por la Guardia Real. Miles de personas se congregaron en las calles para ver pasar al nuevo soberano y expresarle su apoyo.
Al llegar a la abadía de Westminster, los reyes fueron recibidos por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el primado de la Iglesia de Inglaterra y encargado de oficiar la coronación. Entre los más de 2.000 invitados que asistieron al acto se encontraban miembros de la familia real, representantes de los países de la Mancomunidad, líderes políticos y religiosos, personalidades del mundo de la cultura y el deporte y ciudadanos anónimos.
La ceremonia se dividió en cuatro partes: el reconocimiento, el juramento, la unción y la coronación propiamente dicha. En el reconocimiento, el arzobispo presentó al rey ante el pueblo, que respondió con el tradicional grito de «¡Dios salve al rey!». En el juramento, el rey prometió defender las leyes y la fe anglicana, así como respetar los derechos y libertades de todos sus súbditos.
En la unción, el rey fue ungido con aceite sagrado por el arzobispo en la silla de San Eduardo, que contiene la piedra del destino, símbolo de la soberanía escocesa. Este fue el momento más sagrado y secreto de la ceremonia, que se realizó detrás de una pantalla bordada con ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad.
Finalmente, en la coronación, el rey recibió las insignias reales: el orbe, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; el cetro con paloma, que simboliza el papel espiritual del monarca; el anillo, que representa la fidelidad; y el guante blanco del poder. Por último, el arzobispo le colocó sobre la cabeza la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con piedras preciosas. Esta es la única vez en su vida que el rey llevará esta corona.
El significado
La coronación de Carlos III supone un hito histórico para Reino Unido y para el mundo. Se trata del primer cambio de monarca en 70 años, tras el largo reinado de Isabel II, que ha marcado una época. Carlos III asume el trono en un momento complejo para su país, marcado por las consecuencias del Brexit, la pandemia del coronavirus y las tensiones internas entre las naciones que lo componen.
El nuevo rey ha expresado su voluntad de ser un monarca moderno y comprometido con las causas sociales y medioambientales. También ha manifestado su respeto por las distintas tradiciones y creencias que conviven en su reino. Su esposa Camila le acompañará como reina consorte, aunque no recibirá el título oficial de reina.
Carlos III tendrá que afrontar los retos que le esperan con sabiduría y prudencia. Su coronación es una oportunidad para renovar la confianza y la esperanza en su pueblo. Como dijo el arzobispo al finalizar la ceremonia: «Que Dios le conceda una larga vida feliz y gloriosa».